A veces, en nuestro día a día, podemos pensar que el Estado es una entidad distante de nuestra realidad. O incluso considerarlo como algo abstracto y difícil de entender. Piensa bien, si alguien te preguntara qué es el Estado, ¿sabrías responder o tendrías dificultades?
Es común que las personas confundan el Estado con el gobierno, o con el país o la nación. Pero el hecho es que el Estado es central para la organización política y social de la sociedad. Es esencial para la vida que llevamos, ya que actúa directamente en el mantenimiento del orden, la promoción del bienestar y la aplicación de las leyes.
Entonces, en este texto, Politize! te ayudará a entender el concepto de Estado, su desarrollo histórico, los elementos fundamentales que lo componen, con especial atención al Estado argentino y su Constitución de 1853 reformada en 1994. ¿Vamos?
Definición de Estado y lo que representa
El Estado surge del hecho de que vivimos en comunidad y está vinculado a lo que llamamos bien común. La sociedad está compuesta por individuos y múltiples grupos sociales que tienen sus propios intereses y objetivos, como grupos familiares, profesionales, políticos, religiosos, económicos, entre otros.
De esta manera, la complejidad para organizar estos grupos es alta, ya que todos los intereses y objetivos involucrados deben equilibrarse de alguna manera. De lo contrario, la convivencia social en armonía podría verse perjudicada.
Pensemos juntos: si un grupo determinado consigue tener más poder que otro, es necesario que exista algo que lo controle para que no abuse de su poder contra los demás grupos, ¿verdad?
Y es precisamente para eso que sirve el Estado, para regular las relaciones sociales de manera que se garantice el bienestar común. Así, la convivencia en sociedad puede ser pacífica y el orden puede mantenerse, pues el Estado garantiza, por ejemplo, que las leyes, normas, derechos, deberes y políticas sean cumplidos por todos.
De esta manera, el Estado es la representación de todos en la sociedad, y sus funciones y autoridad son legitimadas por la propia sociedad. La legitimación de esta autoridad presupone que el Estado busca la defensa social y garantiza el bien público, y así, la manifestación de esta autoridad es la propia fuerza.
Por eso, el sociólogo Max Weber definió al Estado como la comunidad humana que detenta el monopolio del uso legítimo de la fuerza física dentro de un determinado territorio. Con esto, el Estado puede hacer valer sus reglas, su sistema político y sus instituciones.
En este sentido, la función principal del Estado es regular las interacciones sociales y políticas, promover la justicia y garantizar la seguridad de los ciudadanos en su territorio. Así, es responsable de administrar los recursos y llevar a cabo políticas públicas orientadas al bienestar común.
Para ello, el Estado puede organizarse y ejercer su poder de diferentes maneras, según el régimen político adoptado, que puede ser a través de un gobierno democrático, autoritario, monárquico, totalitario, entre otros.
Contexto histórico y formación del Estado moderno
La idea de Estado se remonta a la Antigüedad, cuando las Polis Griegas intentaban organizarse para establecer una organización política y jurídica para sus pueblos. La famosa obra “La República” del filósofo Platón es un ejemplo de cómo se pensaba el orden de las ciudades y se debatían los regímenes políticos en ese período histórico.
De esta manera, a lo largo de toda la historia, la humanidad ha ido organizándose de diferentes formas y estableciendo diferentes reglas e instituciones para regular la vida en sociedad. Así, la formación del Estado fue un proceso complejo que involucró diversos factores sociales, culturales, políticos y materiales.
Pero el llamado Estado moderno comenzó a delinearse a finales de la Edad Media. En ese período, el poder estaba centralizado en manos de los monarcas que ejercían control sobre diferentes territorios y pueblos.
Así, con la firma del Tratado de Westfalia en 1648, que puso fin a la Guerra de los Treinta Años en Europa, se determinó la libertad religiosa y el desarrollo del concepto de soberanía. De esta manera, este tratado es comúnmente citado como un hito en la formación del Estado moderno, al establecer el concepto de soberanía, en el cual cada Estado debía tener control sobre su propio territorio y población sin interferencia externa.
Más tarde, con revoluciones como la Revolución Francesa de 1789, el Estado moderno que conocemos hoy se consolidó, ya que a partir de ese momento las monarquías europeas perdieron fuerza. Al mismo tiempo, la idea de que el poder emana del pueblo y que el Estado debe garantizar derechos y deberes se fortaleció, atribuyendo al Estado la función de promover el bienestar social.
En América Latina, esta formación está vinculada al período colonial y al proceso de independencia de las colonias españolas y portuguesas. Esto se debe a que solo a partir de la conquista de sus independencias los territorios latinoamericanos pudieron establecer gobiernos propios e iniciar la consolidación de sus propios Estados.
Este proceso ocurrió en gran medida debido a la unión de tres características fundamentales para la existencia de un Estado: pueblo, territorio y soberanía. La convergencia de estos tres elementos solo se produjo después de que estos territorios se independizaron. Y como son los pilares para la constitución del Estado, vamos a profundizar en ellos.
Pueblo, Territorio y Soberanía
La formación de un Estado consiste en tres elementos: una población, un territorio y un gobierno. Estos aspectos son esenciales porque sin ellos no podría existir un Estado.
- Pueblo
Se refiere a todos los que habitan el territorio, englobando a todas las personas, incluso si están temporalmente en el territorio o no tienen ningún vínculo con el Estado. Pero existe una diferencia entre las referencias de población, pueblo y ciudadano.
Para entender: la población se refiere a los argentinos y extranjeros (en territorio nacional), la palabra pueblo se refiere a los nativos y naturalizados, y los ciudadanos son los nacionales que tienen derechos políticos.
- Territorio
Es la delimitación geográfica donde el Estado puede ejercer su poder, implementar sus leyes y ejercer su autoridad. Así, es el lugar donde se aplica el ordenamiento jurídico y político. Es en él donde el gobierno puede organizarse y validar sus normas jurídicas. Se compone de suelo, subsuelo, aguas territoriales, islas, ríos, lagos, puertos, mar y espacio aéreo.
- Soberanía
Según Jorge Taiana, ministro de defensa, la idea de soberanía “Está presente en las luchas coloniales para decidir sobre el propio destino y ligada a un concepto de Estado y su igualdad jurídica”.
En este sentido, la soberanía además de ser una característica que define al Estado, lo coloca en igualdad jurídica con los demás. Así consiste en una autoridad superior que no puede ser limitada por ningún otro poder, sin estar subordinada a ninguna intervención externa. Con esto, garantiza la autodeterminación de los pueblos, la autonomía de las acciones del Estado y la integridad territorial.
Formación del Estado argentino
Al igual que otros países latinoamericanos, la formación del Estado en Argentina está directamente vinculada a su proceso de independencia. Este proceso comenzó en el siglo XIX, especialmente con la llamada Revolución de Mayo, en 1810, cuando aún era una colonia de la Corona Española, formando parte del Virreinato del Río de la Plata.
Este evento marcó un movimiento de ruptura con España, señalando que el país deseaba dejar de estar bajo el control político y económico de la metrópoli europea. Sin embargo, la independencia formal se produjo en 1816 y, a partir de ese momento, el país atravesó un período de conflictos e inestabilidad.
En el caso de Argentina, estos conflictos estuvieron marcados por diversos factores, especialmente la dificultad para mantener el control sobre toda la extensión territorial correspondiente al Virreinato del Río de la Plata, y la existencia de proyectos nacionales divergentes.
Estos proyectos nacionales divergentes estaban representados por los llamados federalistas y unitarios, que se enfrentaban para defender sus ideas. Los federalistas abogaban por la descentralización del poder, mientras que los unitarios apoyaban la centralización del poder en Buenos Aires.
Las disputas dificultaron la consolidación nacional de un Estado, ya que la propia sociedad estaba fragmentada, aún no había adquirido el carácter de una sociedad nacional. Esta consolidación se materializó en 1853, con la adopción de la Constitución de la Nación Argentina de 1853.
Este documento representa un hito en la formación del Estado argentino, ya que creó las bases del sistema político del país y estableció inicialmente la separación de los poderes del Estado, representados por el Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Con esto, se fortaleció el aparato institucional del país.
Sin embargo, muchos sectores y grupos sociales no estaban integrados ni protegidos por la Constitución, siendo excluidos de la participación política, por ejemplo. Además, la resistencia a la centralización aún existía, y la ciudad de Buenos Aires solo fue aceptada como capital del país después de la Batalla de Pavón en 1861.
El Estado y la reforma de la Constitución de 1994
La Constitución adoptada en 1853 ha pasado por diversas reformas y modificaciones para mejorar el sistema político, el arreglo social y el papel del Estado en la sociedad argentina. De esta manera, el texto constitucional fue reformado en los años 1860, 1866, 1898, 1957 y, finalmente, en 1994.
Esta reforma trajo la creación de órganos estatales para ayudar en la administración pública y amplió los derechos humanos y sociales para la población argentina. Así, la reforma aumentó la responsabilidad del Estado en la promoción y protección del bienestar social y en la garantía de derechos.
Otro avance importante con respecto a las funciones del Estado fue la garantía del derecho a la información pública. Esto permitió un aumento de la transparencia en la administración pública y en las acciones del gobierno y de los agentes estatales.
La reforma mantuvo al país organizado como una República Federal, reconociendo la autonomía de las provincias. También determinó que el Estado es el principal responsable de garantizar el desarrollo humano, la prosperidad del país y la calidad de vida en el territorio argentino.
Además, y no menos importante, la reforma de 1994 consolidó y fortaleció la democracia en Argentina, promoviendo los valores democráticos en el país. Con ello, representó una modernización significativa del Estado argentino, ajustando y mejorando las bases institucionales democráticas del país.
El Estado en nuestras vidas
A medida que la humanidad se fue organizando a partir de las relaciones sociales, económicas y políticas, se fueron elaborando instituciones, reglas, principios y normas para mejorar estas relaciones. El ser humano parece tener una tendencia a preferir el orden en lugar del caos, y así fue construyendo mecanismos para ayudar a mantener ese orden.
Esta organización solo fue posible gracias a la capacidad de la humanidad de cooperar a gran escala. Esta característica de la cooperación permitió proporcionar orden a la vida en sociedad. Y uno de los elementos formados para guiar este ordenamiento, legitimar las normas y conducir las relaciones sociales fue el Estado.
De esta forma, el Estado es una institución esencial para la organización de la sociedad moderna, garantizando el orden, la justicia y la protección de los derechos de los ciudadanos. Comprender qué es el Estado, para qué sirve, sus elementos constitutivos y su evolución histórica es crucial para entender las dinámicas políticas y sociales del mundo.
Así, podemos entender mejor la realidad de la sociedad en la que vivimos y exigir al gobierno que cumpla con sus responsabilidades. Ya sea en el contexto argentino o en otras naciones, el Estado sigue siendo el principal actor en la promoción del bienestar común y en el mantenimiento del orden dentro de las fronteras de su territorio.
Referencia
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