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Corrientes de Pensamiento: Socialismo y Comunismo en América Latina

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En América Latina, las corrientes de pensamiento socialista y comunista han desempeñado papeles significativos en la formación de movimientos políticos y sociales a lo largo del siglo XX y XXI.

Estos movimientos, influenciados por teorías marxistas, se adaptaron a las realidades locales, resultando en formas únicas de lucha y organización.

Este contenido es parte de nuestro conjunto de contenidos sobre política. En él entendemos cuestiones como qué es la política, su importancia, sus sistemas, teorías, instituciones, entre otras. ¿Vamos juntos?

Mariátegui y el Marxismo en América Latina

José Carlos Mariátegui es ampliamente reconocido como el gran pionero del marxismo latinoamericano. En sus escritos, Mariátegui argumentó por la necesidad de adaptar el marxismo a las condiciones específicas de América Latina, incorporando elementos de la cultura indígena y de las realidades socioeconómicas de la región.

Él creía que el socialismo debía construirse desde la base popular, respetando las particularidades locales y rechazando una mera importación de las ideas europeas.

El Partido Comunista en Argentina

En Argentina, el Partido Comunista fue fundado en 1918 y desempeñó un papel crucial en la organización de la clase trabajadora y en la promoción de ideales comunistas en el país.

Desde su creación, el partido tuvo una trayectoria marcada por luchas contra regímenes autoritarios y por la defensa de los derechos de los trabajadores.

Durante el Peronismo, el Partido Comunista enfrentó represión, pero continuó influyendo en movimientos sindicales y resistiendo las políticas neoliberales implementadas en las décadas siguientes.

El Partido Comunista de Argentina y los Orígenes del Peronismo

El Partido Comunista de Argentina (PCA) tuvo un papel significativo en la formación política del país, especialmente durante la transición política que culminó en el surgimiento del peronismo.

Tras el golpe de Estado de 1943, el PCA enfrentó un contexto de intensa represión y control militar. Pero también participó activamente en la reorganización de la oposición política y en la formación de alianzas estratégicas conocidas como Frente Popular.

Este período estuvo marcado por una fuerte intervención estatal en la economía y una relación compleja entre el Estado y el movimiento obrero, que sería fundamental para el surgimiento del peronismo.

Contexto Histórico y Político

El fin de la Segunda Guerra Mundial y el inicio de la Guerra Fría crearon un nuevo escenario geopolítico que influyó en la política argentina.

El régimen militar establecido en 1943 buscaba equilibrar un nacionalismo interno con una política exterior neutral, mientras reprimía sindicatos alineados al Partido Comunista y al Partido Socialista.

Al mismo tiempo, la Secretaría de Trabajo y Previsión, bajo la dirección de Juan Perón, estableció una relación cercana con los trabajadores, concediendo beneficios que fortalecieron la base del movimiento peronista.

Estrategia de Frente Popular

Desde 1935, el PCA adoptó la estrategia de Frente Popular, que buscaba unir trabajadores, reformistas y sectores progresistas de la burguesía contra el fascismo.

Este enfoque se intensificó en 1945, con la formación de la Unión Democrática (UD) en alianza con la Unión Cívica Radical (UCR) y otros sectores opositores.

El PCA veía la necesidad de formar un frente amplio que incluyera diversos segmentos sociales para enfrentar al régimen de Farrell-Perón, que consideraban alineado con el fascismo.

Desafíos y Contradicciones

La política frentista del PCA enfrentó desafíos significativos. Con la derrota del nazismo y el ascenso del peronismo, el partido tuvo que reevaluar sus estrategias.

La percepción de que Perón estaba ganando apoyo entre los trabajadores, que tradicionalmente eran la base del PCA, creó tensiones internas. Además, el partido necesitaba lidiar con los cambios en las dinámicas de poder tanto nacional como internacional, adaptando sus políticas a las nuevas realidades.

Las FARC en Colombia

En Colombia, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) surgieron como uno de los grupos guerrilleros más conocidos, influenciados por ideales marxistas-leninistas. Sus orígenes se remontan al movimiento guerrillero liberal de los años 1940 y 1950.

Se transformaron en una organización revolucionaria en los primeros años del Frente Nacional, especialmente después del ataque militar al pueblo de Marquetalia en 1964, bajo el liderazgo de Manuel Marulanda Vélez, también conocido como Tirofijo. La formalización del movimiento ocurrió en la Segunda Conferencia del Bloque Guerrillero del Sur de Colombia, en 1966.

El crecimiento de las FARC fue impresionante. En 1966, contaban con solo 350 combatientes, pero en 1995 ese número ya había subido a 7 mil y, en 2005, superaba los 20 mil integrantes.

Inicialmente, sus ingresos provenían de secuestros y extorsiones. Pero con el tiempo pasaron a involucrarse en el cultivo y tráfico de drogas, especialmente después del colapso de los principales carteles de narcotráfico en el país. Durante la desocupación de la zona de Caguán y el diálogo con el gobierno de Andrés Pastrana Arango (1998-2002), las FARC fortalecieron su poderío militar.

Durante los mandatos del presidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), la política de confrontación directa con las FARC. Apoyada por Estados Unidos, resultó en serias derrotas para la guerrilla, pero también sumergió al país en un clima de violencia y autoritarismo.

El secuestro de la senadora Ingrid Betancourt por las FARC en 2002 se convirtió en un símbolo del conflicto, movilizando la opinión pública y destacando la gravedad de la situación de los secuestrados.

Betancourt fue liberada en 2008, tras negociaciones mediadas por el presidente venezolano Hugo Chávez y la senadora colombiana Piedad Córdoba.

Elegido presidente en 2010, Juan Manuel Santos restableció relaciones con Venezuela e inició un proceso de paz con las FARC. En 2012, el primer encuentro formal se llevó a cabo en Oslo, Noruega, con la mediación de representantes de Cuba, Venezuela y Noruega.

Las negociaciones se centraron en cinco puntos principales: la cuestión agraria, derechos civiles y políticos para miembros desmovilizados de la guerrilla, deposición de las armas, fin del tráfico de drogas e indemnización de las víctimas del conflicto.

En 2014, Santos fue reelegido y las FARC declararon un cese al fuego unilateral, a pesar de que incidentes aislados amenazaron el proceso.

El Movimiento Zapatista en México

En México, el socialismo y el comunismo tuvieron una trayectoria distinta, influenciada por eventos como la Revolución Mexicana de 1910 y la subsecuente institucionalización del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Durante el siglo XX, varios grupos socialistas y comunistas surgieron, influyendo en políticas sociales y económicas. El Partido Comunista Mexicano, fundado en 1919, desempeñó un papel importante en la promoción de políticas progresistas y en la defensa de los derechos de los trabajadores, aunque frecuentemente enfrentaba represión gubernamental.

Entretanto, un movimiento particularmente significativo que se destaca es el movimiento zapatista. El movimiento emergió en 1994 en respuesta a la crisis de las utopías políticas tras la caída del muro de Berlín y el colapso del socialismo soviético.

Este período estuvo marcado por la desilusión tanto con el capitalismo como con los Estados marxistas, que fallaron en atender las necesidades de las poblaciones. El movimiento zapatista, liderado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), propuso una nueva forma de lucha revolucionaria, basada en principios que los diferenciaban del marxismo tradicional:

  1. Preguntando Caminamos: Los zapatistas promovieron la creación de espacios de discusión donde el propio pueblo decide sus objetivos y caminos, en lugar de imponer una racionalidad superior.
  2. Mandar Obedeciendo: El liderazgo debe obedecer al pueblo, operacionalizando sus decisiones, sin crear una nueva élite dominante.
  3. Para Nosotros Nada, Para Todos Todo: La lucha revolucionaria debe beneficiar a toda la población, no solo a una élite.

Además, los zapatistas introdujeron la idea de “democracia como trámite”, donde la voluntad del pueblo se realiza a través de un sistema de democracia directa. Las decisiones se toman en asambleas, los cargos son rotativos y no remunerados, y la vigilancia constante de la comunidad impide la corrupción.

Impacto Cultural y Artístico: Además de su impacto político, las corrientes socialistas y comunistas en América Latina han influido profundamente en el panorama cultural y artístico de la región. Movimientos literarios como el realismo mágico, ejemplificado en obras como “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez, capturaron la esencia de las luchas sociales y políticas a través de una lente mágica e imaginativa. En la música, artistas como Violeta Parra y Mercedes Sosa dieron voz a las aspiraciones de los movimientos de justicia social, utilizando sus canciones para narrar las realidades de las clases trabajadoras e indígenas. Estas expresiones culturales no solo reflejaron, sino que también moldearon las narrativas de la lucha por la igualdad y la justicia en América Latina.

Feminismo y Movimientos de Género: Los movimientos socialistas y comunistas en América Latina fueron escenarios de intensos debates sobre género e igualdad, con figuras como Clara Zetkin y Rigoberta Menchú luchando no solo contra la explotación de clase, sino también por la emancipación de las mujeres. El feminismo latinoamericano emergió como una fuerza poderosa dentro de estos movimientos, reclamando derechos reproductivos, igualdad salarial y representación política. La lucha contra el patriarcado se convirtió en inseparable de la lucha contra el capitalismo, enriqueciendo las perspectivas y estrategias de los movimientos de justicia social en la región.

Desafíos Ambientales y Sostenibilidad: Mientras que los movimientos socialistas y comunistas tradicionalmente se centraban en la justicia social y económica, la creciente crisis ambiental ha traído nuevos desafíos y oportunidades. En América Latina, donde la biodiversidad es rica y los recursos naturales a menudo se explotan en beneficio de unos pocos, movimientos como el ambientalismo social han buscado integrar las preocupaciones ambientales en las agendas socialistas y comunistas. La defensa de los derechos indígenas a la tierra y la lucha contra la destrucción ambiental se han vuelto centrales para la visión de un futuro socialista sostenible en la región.

Globalización y Nuevas Formas de Resistencia: Con el avance de la globalización y el surgimiento de nuevas tecnologías de comunicación, los movimientos socialistas y comunistas en América Latina enfrentan nuevos desafíos y oportunidades. Han surgido redes transnacionales de solidaridad que conectan a activistas y movimientos sociales en todo el mundo. Movimientos como el Movimiento Zapatista en México han utilizado internet y las redes sociales para difundir sus mensajes de resistencia y justicia social, adaptándose a las nuevas dinámicas de la era digital.

Perspectivas Futuras: El futuro de las corrientes socialistas y comunistas en América Latina está moldeado por un contexto global en constante cambio. La digitalización de la economía, la migración masiva y el surgimiento de nuevas formas de organización política y social desafían a estos movimientos a reinventarse constantemente. Sin embargo, la resiliencia y la historia de lucha por la justicia social en la región proporcionan una base sólida para enfrentar estos desafíos, renovando la promesa de un futuro más justo y equitativo para todos los latinoamericanos.

Conclusión

Las corrientes de pensamiento socialista y comunista en América Latina están profundamente enraizadas en las luchas locales contra la desigualdad y la injusticia social.

Figuras como Mariátegui mostraron la importancia de adaptar el marxismo a las realidades regionales, mientras que movimientos en países como Argentina, Colombia y México demostraron la diversidad de formas que estas ideologías pueden asumir.

La historia de estas corrientes sigue influyendo en el panorama político y social de América Latina, moldeando el futuro de la lucha por la justicia social en la región. El movimiento zapatista, en particular, ofrece una respuesta innovadora a la crisis de las utopías, proponiendo nuevos caminos para la lucha revolucionaria y la gestión democrática.

Ahora que entendemos sobre el socialismo y comunismo, ¿qué tal si entendemos sobre el progresismo y conservadurismo en México? Este es el tema del siguiente texto. Entonces, ¡sigue accediendo a los contenidos para saber más!

Fuentes:

  • Mariátegui, José Carlos. “Mariátegui fue el gran pionero del marxismo latinoamericano.” Jacobin América Latina.
  • “El Partido Comunista de Argentina y los orígenes del peronismo.” Nuevo Mundo Mundos Nuevos.
  • “Las FARC en Colombia.” Portal Latinoamericano de la USP.
  • “El Socialismo en México.” Repositorio UNAL.
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Este texto fue producido por el equipo interno de Politize!, basado en textos originales de nuestro sitio web brasileño, adaptados con investigación en referencias y datos locales. Si tienes sugerencias de mejora, envía un correo electrónico a [email protected].

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