Las políticas de aprendizaje-servicio en Argentina y su importancia

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“Ciudadanía y educación articulan de una manera nueva, donde los destinatarios son, a su vez, los protagonistas de cada etapa y los que construyen el conocimiento. En ese marco, los proyectos de aprendizaje-servicio constituyen una experiencia innovadora en ciudadanía y en educación, ya que proveen un fortalecimiento de los aprendizajes curriculares y un compromiso con la sociedad con un fuerte protagonismo de los jóvenes en cada instancia.” Giorgetti (2007, p. 41)

“En palabras del profesor e investigador Daniel Giorgetti (Universidad de Buenos Aires, CLAYSS), las experiencias latinoamericanas subrayan el concepto de solidaridad, distinguiéndolo de los de beneficencia y altruismo, superando el dar con el compartir, el “hacer para” con el “hacer con”, el paternalismo con la fraternidad, y la reproducción de situaciones de injusticia “con el reconocimiento de derechos, búsqueda de equidad y justicia” (Giorgetti, 2021:7). 

En el marco de las tradiciones comunitarias de la región latinoamericana, la solidaridad tiene un sentido particular, que propicia el aprendizaje-servicio tal y como lo conocemos. 

Como bien sabemos, la historia latinoamericana se ve atravesada por períodos que han interrumpido la democracia como forma de gobierno, además de las crisis económicas y sociales, y registra en su haber propuestas pedagógicas, como la de Paulo Freire, de carácter integrador y popular.   

En muchos casos, estas prácticas antecedieron a su conceptualización como experiencias de “aprendizaje-servicio, tal como lo expresa una docente:

“Al hacer el Laboratorio23 apuntábamos a la formación profesional, y nos dimos cuenta de que estábamos haciendo aprendizaje-servicio cuando encontramos el concepto” (citado en Giacomini, 2012, p.79).”

“En América Latina, como señala Tapia (2006), las experiencias que articulan educación y solidaridad emergieron, en general, a partir de desarrollos locales más que por influencias externas, y las prácticas de aprendizaje-servicio antecedieron a la reflexión teórica sobre ellas. A diferencia de otros movimientos de reforma e innovación educativa que se dieron en casi toda América Latina durante los 90, por influjo –sobre todo– de los organismos internacionales, el aprendizaje-servicio nació “de abajo hacia arriba”.

Argentina ha sido un país pionero en América Latina en la implementación de políticas y programas de aprendizaje-servicio, un enfoque que pone la educación al servicio del abordaje de necesidades reales y sentidas junto a la comunidad fomentando la participación y  formación ciudadana.

Estas políticas buscan mejorar la calidad educativa y la motivación de jóvenes y educadores en relación a su tarea mientras promueven la solidaridad, la responsabilidad social y la participación activa de los jóvenes en la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Buscan posicionar a la educación y especialmente a los jóvenes como agentes de cambio. 

En este texto, Politize!, en colaboración con CLAYSS, te explicará el concepto de aprendizaje y servicio solidario (AYSS), el origen de sus políticas en Argentina, sus programas y su importancia para una sociedad democrática e inclusiva.

*CLAYSS es una organización que tiene como objetivo contribuir al crecimiento de una cultura fraterna y participativa en todo el mundo a través de la propuesta pedagógica del aprendizaje-servicio solidario desde una perspectiva latinoamericana.

En primer lugar, ¿qué es el aprendizaje y servicio solidario?

El aprendizaje-servicio es una pedagogía que integra acciones de intervención  social con procesos educativos y de formación ciudadana. A diferencia del voluntariado tradicional, que a menudo está desvinculado de un contexto educativo, el aprendizaje-servicio busca  abordar necesidades comunitarias desde la educación, promoviendo la reflexión crítica y el aprendizaje significativo.

De esta forma, el aprendizaje-servicio busca que los jóvenes contribuyan al bien común mientras desarrollan habilidades, valores y conocimientos que los conviertan en ciudadanos más conscientes y comprometidos.

A modo de definición, los proyectos de aprendizaje-servicio solidario pueden definirse a partir de tres componentes esenciales: 

  1. Actividades de servicio solidario destinadas a atender en forma acotada y eficaz necesidades reales y sentidas, con una comunidad y no sólo para ella.
  2. Protagonizadas activamente por los estudiantes desde el planeamiento a la evaluación,
  3. Articuladas intencionadamente con los contenidos de aprendizaje (contenidos curriculares, reflexión, desarrollo de saberes para la ciudadanía y el trabajo, investigación).

Origen de las políticas de aprendizaje-servicio en Argentina y América Latina

Aunque el origen de la propuesta teórica y metodológica puede marcarse en Estados Unidos con la orientación de John Dewey, su instalación en Sudamérica se da en el marco de tradiciones solidarias y comunitarias propias de la región, que incorpora el modelo y lo adapta a su propia perspectiva regional. Como expresa Alba González  en el libro “Hacia una historia mundial del aprendizaje-servicio”:

”Hacia los años 80, varios países de América Latina experimentaron transiciones de gobiernos autoritarios a democráticos. La formación en la participación cívica, los derechos humanos y los valores asociados a la democracia se volvió, entonces, imperativa para acompañar estos procesos políticos en la educación de las nuevas generaciones. Varias investigaciones refieren la necesidad de que la escuela participe activamente en la construcción de la ciudadanía en los jóvenes, sobre todo en cuanto a las prácticas políticas y su significado.

“Ciudadanía”, hoy, es un significante amplio, asociado a otras palabras clave como participación, democracia, convivencia, disciplina, autoridad, politicidad, cuyo sentido van cargando, discutiendo y definiendo las mismas investigaciones.

El concepto de ciudadanía en América Latina, entre la reflexión teórica y las realidades vividas y sufridas en la región, asociadas a las crisis económicas y la violencia política, se vio enriquecida por un componente de protagonismo de los propios actores. 

Las experiencias educativas solidarias se revelaron, en este contexto, como potenciadoras de la formación de un liderazgo juvenil activo y una ciudadanía integral a partir de la participación comunitaria desde edades tempranas. El aprendizaje-servicio no considera a los niños y jóvenes como “ciudadanos del futuro”, sino que subraya la necesidad de promover su participación, compromiso y liderazgo en el presente. Educar en ciudadanía requiere más que conocer las normas legales y los principios éticos; el desarrollo de este tipo de proyecto permite a los estudiantes conectar actividades y resultados tangibles con las necesidades de cambio, analizar la vinculación entre problemas emergentes y cuestiones estructurales, entre las problemáticas sociales y las situaciones de injusticia social y económica, y entre la acción social y el compromiso ciudadano. (Tapia, 2006, p.150).

El concepto de aprendizaje y servicio solidario surgió en Argentina en la década de 1990. Aunque muchos educadores e instituciones llevaban adelante proyectos de este tipo, en ese período la denominación era poco conocida y poco utilizada en el país. Fue con el paso del tiempo y de manera gradual que este enfoque se fue insertando como una pedagogía más conocida y reconocida, con recursos bibliográficos y conceptuales propios (ver CLAYSS – Recursos) y se convirtió en una política de aprendizaje-servicio solidario.

Imagen de un grupo de personas hacendo actividades de las políticas de aprendizaje-servicio
Experiencia “Desbloqueo de los límites carcelarios: Aprendizaje-servicio en apoyo psicosocial a penitenciarios” en Kenia, África. (Premio Uniservitate 2024). Desarrollada por estudiantes del Departamento de Psicología, Universidad de Tangaza.

En el libro Hacia una historia mundial del aprendizaje-servicio, publicado por CLAYSS en su colección Universitate, el tema es abordado de manera clara, refiriendo a las legislaciones de servicio obligatorio que se establecieron en el marco de las llamadas “reformas de los noventa”, término que remite al proceso histórico de las reformas educativas en América Latina que se inició en el año 1990 con la declaración de Jomtien (Tailandia). 

Entonces, según el libro:

“En ese contexto, las diferentes modalidades y normativas sobre servicio obligatorio, impactaron de diferentes maneras en los sistemas educativos y en la formación ciudadana y solidaria de los estudiantes. “En algunos países, las leyes fueron acompañadas por orientaciones y capacitaciones específicas que permitieron consolidar la articulación entre las acciones solidarias y los aprendizajes curriculares y alentaron la multiplicación de iniciativas. En otros casos, el requisito de servicio no llegó a implementarse efectivamente a nivel nacional, o se burocratizó excesivamente. El hecho de tener que medir el número de horas de servicio realizadas, no siempre contribuyó al desarrollo de proyectos sustentables ni con verdadero sentido social” (Ochoa, 2009). Sin embargo, varios proyectos de servicio social, comunitario o estudiantil constituyeron experiencias de aprendizaje-servicio en sentido estricto donde se evidencia un verdadero protagonismo de los estudiantes, una acción solidaria efectiva que responde a las necesidades comunitarias, con una articulación planificada con los contenidos curriculares.

Argentina, Chile y Uruguay, también implementaron políticas públicas de promoción del aprendizaje-servicio y en la implementación de estas políticas se advierten períodos o etapas de fuerte decisión política o de retraimiento de los apoyos institucionales, marcadas por los vaivenes político-económicos.

En la República Argentina existe una política pública que, desde fines de los años 90 –con sus discontinuidades y disrupciones– alentó y visibilizó las experiencias de aprendizaje-servicio, generó instancias de capacitación e intercambio y producción de materiales específicos.

Esta política se concretó en el año 1999, con la creación del Programa Nacional “Escuela y Comunidad” en el Ministerio de Educación de la Nación, que se transformó –en 2003– en el Programa Nacional “Educación Solidaria” (que incluía también a las instituciones de Educación Superior), dando continuidad a la línea de trabajo sobre aprendizaje-servicio que se venía desarrollando. En este sentido, el nuevo Programa continuó convocando anualmente a los Seminarios Internacionales de Aprendizaje y Servicio Solidario, iniciados en 1997 y que progresivamente se hicieron más masivos. Estos eventos sumaron a la audiencia nacional, docentes, equipos técnicos y especialistas de otros países latinoamericanos, y al día de hoy se siguen realizando en Argentina.

Desde sus orígenes, el Programa apuntaba a sumar referentes latinoamericanos; como lo atestigua la organización de los Foros Educativos MERCOSUR junto con el área respectiva del Ministerio. Otra línea de continuidad la constituyó la dirección de María Nieves Tapia, referente de la promoción del aprendizaje-servicio a nivel local e internacional, y de la mayor parte de su equipo.

Una de las principales innovaciones que surgió del Programa “Escuela y Comunidad” fue la creación del Premio Presidencial “Escuelas Solidarias” en el año 2000, con el objetivo de dar visibilidad, reconocer y valorar las experiencias educativas solidarias que se estaban desarrollando a nivel nacional, y alentar a otras instituciones educativas a implementarlas.

Esta línea de acción, para la promoción del aprendizaje-servicio, que constituyó también una herramienta fundamental para recabar, compilar y sistematizar información sobre las múltiple y variadas experiencias desarrolladas por las instituciones educativas, fue replicada por otros países latinoamericanos.”

“La experiencia argentina reveló la multiplicidad de experiencias que se estaban desarrollando en las instituciones educativas de manera informal, antes de que se convirtiera en una práctica promovida desde el Estado. Muchas eran de aprendizaje-servicio en sentido estricto, pero otras constituían proyectos de investigación escolar en el ámbito comunitario, campañas de recolección de alimentos, ropa o útiles, para responder a una emergencia puntual, campañas de concientización o experiencias de servicio comunitario institucional, que tenían potencial como puntos de partida de un proyecto de aprendizaje-servicio. Como señala Giorgetti (2021) en Argentina existió un vínculo “dialéctico” en la construcción del movimiento del aprendizaje-servicio: las escuelas que desarrollaban experiencias nutrían de ejemplos y aplicación práctica a los conceptos teóricos propuestos, en tanto estos mismos conceptos (…) se probaban en la práctica y se modificaban (Giorgetti, 2021, p. 26).

Incluso los mismos equipos técnicos del Ministerio reconocían que aprendían de lo que hacían las escuelas. Esta experiencia, desarrollada en el corazón del sistema educativo, condujo a la inclusión del aprendizaje-servicio de manera explícita en la Ley de Educación Nacional de 2006.”

Objetivos principales de esta iniciativa

Combinar el proceso educativo con la solidaridad fue, desde el principio, la finalidad del enfoque del aprendizaje-servicio solidario. Como señaló el exministro de educación Andrés Delich, “La solidaridad no es solo una virtud fundante de la convivencia democrática. También constituye un eje de nuestra política educativa“.

Estudiantes en actividades de las políticas de aprendizaje-servicio
Estudiantes de la EESOPI 3023 “San José de Calasanz”,Rafaela, Pcia. de Mendoza, Argentina.
Proyecto: Producción de biodiesel a partir de aceites vegetales usados

En este sentido, se destaca que las políticas de servicio solidario en Argentina tienen como objetivos principales:

  • Promover la solidaridad y la responsabilidad social: Al involucrar a los ciudadanos, especialmente a los jóvenes, en proyectos que benefician a la comunidad, estas políticas buscan fomentar valores como la empatía, la cooperación y el compromiso con el bien común.
  • Mejorar la calidad educativa: Los contenidos del plan de estudios y lo aprendido en la institución educativa, son amplificados y reforzados, puestos en práctica y aplicados, en los proyectos de AYSS. Mediante la acción de los estudiantes y jóvenes, se trabaja más allá del aula, en y con sus comunidades. 
  • Fortalecer la formación ciudadana: El aprendizaje-servicio solidario es visto como una herramienta para la formación de ciudadanos críticos, participativos y comprometidos con la transformación social. Pues, a través de la participación en acciones concretas, los individuos desarrollan una conciencia ciudadana más profunda.
  • Integrar la educación con la realidad social: El aprendizaje-servicio solidario permite que los estudiantes apliquen los conocimientos adquiridos en el aula para resolver problemas reales de la comunidad.
  • Contribuir al desarrollo comunitario: Los proyectos de aprendizaje-servicio solidario están diseñados para atender las necesidades reales y sentidas por  las comunidades. Así, promueven el desarrollo local y la mejora de la calidad de vida.

Las políticas y programas actuales en el país

Actualmente, Argentina cuenta con una serie de políticas y programas que promueven el servicio solidario en diferentes ámbitos. Algunas de las iniciativas más destacadas incluyen:

  • Programa Nacional Educación Solidaria (PNES): Establecido en 2003, este programa sigue siendo una de las principales referencias en el país. Promueve la práctica del aprendizaje-servicio en las escuelas, ofreciendo capacitación para docentes, recursos pedagógicos y apoyo para la implementación de proyectos.
  • Universidades y Servicio Solidario: Muchas universidades argentinas han incorporado el servicio solidario en sus currículos, ofreciendo asignaturas y proyectos que combinan la formación académica con la prestación de servicios a la comunidad. 
  • Ley Nacional de Educación: La Ley de Educación Nacional (Ley Nº 26.206), sancionada en 2006, reconoce el aprendizaje-servicio solidario como una práctica educativa relevante e incentiva su implementación en todos los niveles del sistema educativo.
  • Iniciativas Locales y Comunitarias: Además de las políticas nacionales, muchas provincias y municipios desarrollan sus propios programas de aprendizaje-servicio, adaptados a las necesidades y características locales. Estas iniciativas cuentan con el apoyo de organizaciones de la sociedad civil, empresas y otros actores sociales.

La importancia del mantenimiento de las políticas de aprendizaje-servicio 

Las políticas de aprendizaje-servicio en Argentina representan un ejemplo de cómo la educación y la participación ciudadana pueden articularse para promover la solidaridad y la transformación social.

A través de iniciativas como el Programa Nacional Educación Solidaria y la pedagogía del aprendizaje-servicio solidario, el país ha logrado involucrar a miles de jóvenes en acciones que benefician a la comunidad y contribuyen a su formación integral.

Con esto, se estimula la formación ciudadana y el desarrollo de habilidades socioemocionales como la comunicación, la empatía, la resolución de problemas, entre otros.

De esta forma, las políticas de aprendizaje-servicio no solo atienden a las necesidades sociales inmediatas, sino que también invierten en el futuro, mejorando la calidad educativa, pues forman ciudadanos más conscientes, comprometidos y capaces de enfrentar los desafíos de una sociedad en constante cambio.

Como consecuencia, los valores democráticos se fortalecen, contribuyendo a la construcción de una sociedad más comprometida con la justicia social y una educación más innovadora y permeable a la realidad. En este sentido, las políticas públicas son estímulos que valorizan una cultura de solidaridad y responsabilidad social.

Referencias

Gobierno de Argentina – Programa Nacional Educación Solidaria

Ley de Educación Nacional – Ley Nº 26;206

CLAYSS. ¿Qué es el Aprendizaje – Servicio Solidario?

Ministerio de Educación. (2000). Módulo 2: Escuela y comunidad: La propuesta pedagógica

del aprendizaje-servicio. Buenos Aires: Ministerio de Educación, Secretaría de Educación Básica, Programa Nacional Escuela y Comunidad.

Tapia, Maria Nieves. Aprendizaje y servicio solidario: algunos conceptos básicos. Programa Nacional de Educación Solidaria, 2006. 

Giorgetti, Daniel y otros. Procesos de instalación del aprendizaje-servicio en las políticas públicas: El caso de Argentina y Uruguay. Daniel Giorgetti ; Javier Lasida ; Felipe Migues ; compilación de María Nieves Tapia. – 1a ed. – Buenos Aires: CLAYSS, 2021. https://www.clayss.org/wp-content/uploads/2023/07/ESP_Procesos_de-_instalacion_AS_politicas_publicas_UY.pdf

Tapia, María Nieves … [et al.] ; compilación de Daniel Giorgetti ; coordinación general de Daniel Giorgetti. Hacia una historia mundial del aprendizaje-servicio. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CLAYSS, 2023. Libro digital, EPUB – (Uniservitate ; 5). https://uniservitate.org/resources/05_ESP/5.4-Historia-del-Aprendizaje-servicio-ESP.pdf 

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