Probablemente ya has oído hablar del término monarquía. O tal vez has escuchado una frase como “fulano es un monarca”. ¿Alguna vez te has detenido a pensar por qué Argentina tiene un presidente, mientras que Inglaterra y España tienen reyes? ¿Y qué hacen exactamente esos reyes?
Estas preguntas están relacionadas con la historia política y social de los países, que construyen el régimen político y el sistema de gobierno en el que el Estado ejerce su administración. En el caso de la monarquía, el sistema de gobierno se caracteriza por la existencia de una realeza que posee el poder político o tiene una función simbólica, donde la autoridad está centralizada en un monarca.
En este texto, vamos a presentar los aspectos históricos y políticos de la Monarquía, comprendiendo sus características, ventajas y defectos, para entender cómo funciona exactamente este régimen político.
¿Qué es la Monarquía?
La monarquía es una forma de gobierno en la que existe la figura de un monarca, que puede ser un rey, reina, príncipe, emperador, sultán, entre otros títulos, y esta figura ejerce un papel político. Dependiendo del caso, este papel puede ser más prominente o no.
De esta forma, existen monarquías en las que la autoridad política está centralizada en manos de un monarca, quien gobierna el Estado; y monarquías en las que la figura del monarca es meramente representativa.
Una característica importante de la monarquía es su forma de elección o selección de los representantes. Puede ser hereditaria, es decir, el trono se pasa de generación en generación dentro de una misma familia, o electa, con el monarca siendo elegido a través de algún proceso político.
Además, generalmente el poder del monarca es vitalicio. Es decir, permanece en su posición de poder durante toda su vida, siendo reemplazado solo con su muerte o en caso de que decida renunciar y transmitir su puesto.
El origen de la monarquía
La etimología de la palabra “monarquía” proviene del griego, con la unión de las palabras “mónos” (único) y “arkhḗ” (gobernar), reflejando la idea de un único líder como gobernante. De esta forma, el origen de este régimen se remonta a la antigüedad, cuando las sociedades comenzaron a organizarse en estructuras jerárquicas para garantizar el orden y la continuidad.
Las primeras formas de monarquía surgieron en tiempos antiguos, especialmente en el Medio Oriente y en la región del Mediterráneo. Durante este período, y también en la Edad Media y Moderna, la monarquía consistía en la existencia de un soberano que detenía y centralizaba el poder en sus manos, representando al propio Estado.
En la Antigüedad, en civilizaciones como Egipto y Mesopotamia, la monarquía no solo era un sistema de gobierno, sino también un símbolo de la divinidad y del poder absoluto. Los monarcas frecuentemente se consideraban representantes de los dioses en la Tierra o incluso dioses encarnados, lo que les otorgaba una autoridad incontestable.
De esta manera, en esa época, la monarquía era vista como un sistema de gobierno fundamental para la estabilidad política y social. En la Edad Media, la monarquía europea prevaleció bajo un sistema feudal, en el que el monarca ya no era visto como un representante divino.
Con la existencia de los señores feudales, que poseían tierras y controlaban la producción, la monarquía perdió la autoridad y soberanía que tenía, aunque siguió ejerciendo influencia política, social y económica. Esto cambió con el surgimiento de los Estados nacionales en la Edad Moderna, cuando aparecieron las monarquías absolutistas.
En este sentido, la monarquía como régimen político ha ido sufriendo cambios, alteraciones y evoluciones a lo largo del tiempo. Estos cambios han dado lugar a tipos de monarquías diferentes, que, aunque comparten la característica principal de estar centradas en la figura del monarca, tienen sus propias particularidades.
Tipos de monarquía
Existen varios tipos de monarquía que se han ido desarrollando a lo largo de la historia. Básicamente, pueden clasificarse de acuerdo con el grado de poder del monarca, así como con la forma en que se ejerce la autoridad. Los principales tipos de monarquía son: Absolutista, Parlamentaria, Constitucional y Electiva.
Monarquía Absolutista
En una monarquía absoluta, el poder está completamente en manos del monarca. De esta forma, el monarca es considerado soberano, teniendo poder absoluto sobre el Estado y sus decisiones.
Este tipo de monarquía se caracteriza por no tener ningún tipo de división de poderes. El rey ejerce su voluntad de manera indiscutible, donde su voluntad es la ley. Un ejemplo clásico de monarquía absolutista fue la Francia previa a la Revolución, bajo el reinado de Luis XIV, quien dijo la famosa frase “el Estado soy yo”.
La monarquía absolutista fue común en Europa durante los siglos XVII y XVIII, y perdió fuerza con el ascenso de la burguesía y la oposición a la centralización del poder en manos de una sola persona. Como consecuencia, las monarquías absolutistas fueron cayendo y las Repúblicas fueron ganando terreno, caracterizándose por la desconcentración del poder.
Monarquía Constitucional
La monarquía constitucional es un tipo de monarquía en la que el poder del monarca está limitado por una constitución, que puede establecer una separación de poderes, garantizando derechos y libertades a los ciudadanos.
Así, a diferencia de la monarquía absolutista, el monarca no es soberano ni centraliza todo el poder del Estado en sus manos. Es la constitución la que define los poderes y atribuciones del Estado para la administración pública, así como los derechos y deberes de los ciudadanos.
En las monarquías constitucionales, normalmente, el monarca sigue siendo el jefe de Estado, pero no el jefe de gobierno. De este modo, a pesar de seguir teniendo influencia política, el monarca tiene una función más simbólica y representativa, mientras que el gobierno es liderado por un primer ministro u otro líder elegido.
Monarquía Parlamentaria
La monarquía parlamentaria es una variante de la monarquía constitucional en la que el monarca desempeña un papel aún más simbólico y el poder ejecutivo es ejercido por el Parlamento.
En ella, los representantes del gobierno son elegidos por la población para garantizar los intereses de la sociedad. Así, la monarquía parlamentaria tiene como principal órgano el Parlamento, y las decisiones políticas se toman a través de asambleas, cuyo propósito es ejercer el Poder Legislativo, con la creación, modificación y derogación de leyes.
El Poder Ejecutivo, por su parte, recae en el primer ministro, quien es el jefe de gobierno y principal responsable de la administración pública del país. Así, en la monarquía parlamentaria, el monarca es una figura solo simbólica, sin gran autoridad política.
Monarquía Electiva
En la monarquía electiva, el monarca es elegido mediante una elección, generalmente por un colegio electoral o una asamblea, en lugar de ser un título hereditario. Tras la elección, al igual que en otras monarquías, el monarca gobierna de forma vitalicia. Un ejemplo de monarquía electiva en el mundo es Malasia, donde el rey es elegido mediante el voto de las familias reales.
¿Fue Argentina alguna vez una monarquía?
Argentina no tuvo oficialmente un régimen monárquico. Sin embargo, poco después de su independencia, hubo un proyecto para establecer una monarquía en el país, que no tuvo resultados. De hecho, la intención de establecer la monarquía surgió incluso antes de la independencia, cuando un grupo consideraba favorable la implementación de un trono europeo.
Esto se debió a que, desde la Revolución de Mayo en 1810, existían los monárquicos, que defendían la autoridad de la Corona Española y creían que Argentina debería tener un rey. Sin embargo, en 1816 el país se independizó y estableció el régimen republicano como forma de gobierno.
Así, se puede decir que entre los años 1808 y 1819 hubo proyectos monárquicos frustrados. Uno de los proyectos incluso involucraba a la Corona Portuguesa, con el objetivo de traer a la princesa Carlota Joaquina para gobernar el territorio del Río de la Plata.
Años después, hubo resistencia política para que el país se independizara y no estuviera más controlado por la monarquía española. Sin embargo, las fuerzas republicanas tuvieron éxito y el país declaró su independencia en 1816, convirtiéndose en una república.
Principales monarquías en el mundo actual
Hoy en día, la monarquía sigue siendo una forma de gobierno en varios países del mundo. Aunque la mayoría de las monarquías contemporáneas son constitucionales o parlamentarias, algunas todavía mantienen funciones políticas significativas.
En total, existen 43 monarquías en el mundo, siendo algunas de las principales: Reino Unido, Japón, Arabia Saudita, España, Suecia, Países Bajos, entre otros.
El Reino Unido, por ejemplo, tiene una de las monarquías más famosas y antiguas del mundo. La monarquía británica es constitucional, con el monarca actuando principalmente como una figura ceremonial, mientras que el gobierno es dirigido por un primer ministro elegido.
La Reina Elizabeth II, fallecida en 2022, fue la monarca más longeva de la historia del Reino Unido. Su sucesor, el Rey Charles III, asumió el trono tras su muerte.
Por otro lado, Arabia Saudita es un ejemplo de una monarquía absolutista. Esto se debe a que el monarca centraliza el poder del Estado en sus manos y no es solo el jefe de Estado, sino también el jefe de gobierno. La familia real saudita, de la dinastía Al Saud, gobierna el país desde su fundación en 1932.
¿Puede una monarquía ser democrática?
A veces, este es un tema que puede generar confusión. Esta confusión suele ocurrir principalmente porque el régimen democrático se caracteriza por elecciones libres y directas para elegir a los representantes del gobierno, y la monarquía no necesariamente sigue este modelo.
Sin embargo, una monarquía puede ser democrática, dependiendo del modelo específico de monarquía adoptado por el país. En una monarquía constitucional o parlamentaria, como en el caso del Reino Unido y Suecia, por ejemplo, la monarquía coexiste con un sistema democrático de gobierno.
Esto se debe a que, en estos y otros casos, el monarca es una figura meramente simbólica, y las decisiones políticas están en manos del Parlamento y del primer ministro, quienes son elegidos democráticamente por la población.
Otra característica es el respeto y la promoción de los principios y valores democráticos, como la garantía de los derechos fundamentales, los derechos humanos, las libertades civiles y políticas, el derecho a la igualdad, la seguridad social, entre otros.
De esta manera, una monarquía puede operar dentro de los límites constitucionales, que definen los derechos y deberes de los ciudadanos. Así, se resalta la importancia de la sociedad civil en el compromiso político y en la promoción de causas sociales, así como en la concienciación para elegir a sus representantes. Porque, ya sea en una monarquía o una república, ejercer la ciudadanía es tarea de todos.
¿Te gustó este contenido? Así que siga nuestra ruta sobre regímenes políticos. En el próximo texto hablaremos del Totalitarismo, entendiendo sus aspectos.
Referencias
Politize! – O que é uma monarquia?
Politize! – Monarquia e República: qual a diferença?
OLIVAREZ, Carlos. Las Monarquías. Revista del Seminario de Sistemas de Gobierno. Universidad de San Carlos de Guatemala, p. 98-131, 2021.
MANZUR, Morales. Argentina, Gran Colombia y Ecuador. Siglo XIX: entre la monarquía y la república. Revista de Artes y Humanidades, nº 22, p. 13-41, 2008.
RELA, Walter. Proyectos monarquicos en el Río de la Plata – 1808-1816. Estudios historicos. Disponible en: https://estudioshistoricos.org/edicion_3/walter-rela.pdf.